La suya era una atracción irremediable, irresistible... La hermosa y dulce Aylén Verónica de Todos los Santos Rodrigues tenía un vacío inmenso en su corazón desde que su amado Marco Héctor Luis Alonso Sepúlveda Fernándes la había abandonado temporalmente para seguir su trayectoria de vida como concursante profesional de realitys. Sólo encontraba consuelo observando a su apolíneo novio desde la fría pantalla de su computadora, mirando con avidez el 24 horas, y acudiendo sin dilación a defenderle de los ataques y acusaciones de los malvados colaboradores que poblaban los platós de Tele5. Le defendía como una loba en toda ocasión y, cegada por su amor verdadero, disculpaba el comportamiento de su amado sea cual fuere la índole del mismo.
Aylén Verónica de Todos los Santos Rodrigues estaba rota por dentro. Por mucho que intentaba disculpar a Marco Héctor Luis Alonso Sepúlveda Fernándes, en lo más profundo de su alma sentía que él se estaba alejando poco a poco. Desgarrada veía como cada día Marco Héctor Luis Alonso Sepúlveda Fernándes se acercaba un poquito más demasiado amistosamente a Alyson Mary Louise Smith Fullhead, de los Fullhead de toda la vida de Wisconsin. Observaba atónita cómo entre risas, juegos y cabriolas varias, las miradas entre Marco HLASF y Alyson MLSF (los nombres de culebrón son telita escribirlos todas las veces, por eso las iniciales, que si no esto se hace muy largo) cada vez eran más cercanas, largas, intensas, embobadas y remolonas. Sufría, sufría mucho, y no encontraba la manera de hacerle saber a su amor que no estaba nada contenta con su acercamiento a la fucking deep yankee.
Mes y medio después de su separación forzosa, Aylén Verónica de Todos los Santos Rodrigues, se armó de valor como cada noche y acudió al plató de televisión donde se retransmitía la fabulosa Gala, dispuesta a todo, y sin más posesión que unos cuantos recuerdos confusos y revueltos del 24 horas que turbaban su mente, y que no eran otros que el incipiente encaprichamiento mutuo entre Marco HLASF y Alyson MLSF. Aquella noche cambiaría el rumbo de su relación pues, para su sorpresa, el presentador de la Gala le ofreció la posibilidad de reencontrarse con su amado. Turbada por tan magnífica noticia, no supo qué contestar, pero empezaron a agolparse en su cabeza imágenes claras y concisas...: el vestido largo rojo, el pijama de seda, la chaqueta azul que va con todo, dos tejanos, los tacones rojos, unas zapas para las pruebas, el rizador del pelo.... ah! y el cepillo dental. Su cara fue la que lo dijo todo aunque de su boca no saliera más que un titubeante "lo...pensa...ré".
Y llegó la gran noche de aquel día, y con los nervios a flor de piel acudió al Debate, donde un auto la llevaría raudo y veloz junto al culpable de sus desvelos. Aylén Verónica de Todos los Santos Rodrigues confesó que no sabía cual sería su reacción al encontrarse cara a cara con Marco Héctor Luis Alonso Sepúlveda Fernándes, pero que la decisión estaba tomada y se reencontraría con él en cuanto el timming televisivo lo considerase oportuno y le confesaría todas las dudas que guardaba en lo más intimo de su corazón. A Marco Héctor Luis Alonso Sepúlveda Fernándes y a todo el público, claro está, pues Aylén Verónica de Todos los Santos Rodrigues era además de hermosa y dulce, generosa.
Tras unos interminables treinta minutos de curvas y agonías, el auto frenó frente a la Casa de Guadalix, y ella fue conducida hasta el confesionario donde debía esperar las ordenes de Súper Perez Puch (es que él Súper es de por aquí, por eso la sencillez). La orden era esperar y desesperar, y en cuanto los habitantes de la casa fueran encontrándose con ella uno por uno, comunicarles que era la Directora de Vestuario de la nueva prueba semanal y debía tomarles medidas.
Marco HLASF, ajeno a la sorpresa que estaba a punto de recibir, pues todo era un secreto que no podía ser desvelado bajo ningún concepto hasta el momento adecuado, estaba confinado junto al resto de sus compañeros de encierro en la sala de pruebas y enfrascados en la resolución de la prueba semanal de baile, prueba que fatalmente no superaron, por arrítmicos, desaboríos y poco diligentes, por lo cual los ánimos estaban un poco bajos, pero poco, al contrario que los de una servidora, que estaban bastante altos porque ya era hora de que no tuvieran presupuesto semanal abultado.
Llegó la hora de que Aylén VTSR comenzase con su misión: tomar medidas para el vestuario de la prueba "Zarzuela como puedas". Se atusó su larga melena, puso su sonrisa más Profident y agarró papel y lápiz mientras el Súper llamaba al primero de los que debían ser medidos: Aída Adoromividaestupenda Sinzarandajas, que se alegró muchísimo de ver a la novia de su compañero de encierro tan cerca de sus fauces y rauda se aplicó en ponerla al día de todo cuanto su amado estaba haciendo en la casa con la descarada Alyson "Aylén hija! Cambia de novio!" le dijo. Aylén VTSR tragó saliva y lágrimas y se fue hinchando. Aída fue convenientemente advertida de que el secreto que se escondía en el confesionario no podía ser revelado a sus compañeros. Y entonces...
"AYLÉN! PUEDES ENTRAR EN LA CASA!" la orden del Súper retumbó en la sala de pruebas ante la estupefacción de los concursantes. "ejemmmm ALYSON! PUEDES ENTRAR EN LA CASA!". Súper Mastontonosepuéser Pérez Puch se había equivocado y ahora todos los concursantes tenían una más que ligera idea de lo que iba a suceder, y Alyson asustada, nerviosa y fucking estresada emprendió camino hacia el confe. Cuando entró Aylén disimuló, pero Alyson no pudo. Temía ser descuartizada y devorada allí mismo y rápidamente se dejó medir (temblorosa por si eran las medidas para su ataúd) y puso pies en polvorosa.
Cuando Alyson llegó junto a Aída le contó sus sospechas sobre que la señorita que estaba en el confe podría ser Aylén, pero Aída, zorra (de lista) por naturaleza, le contestó que parecía mentira que no la hubiera reconocido, porque era una gran diseñadora española llamada Agatha Ruiz de la Prada. Y se quedó tan ancha y de paso intentó salvar el culo al Súper.
Pero sigamos con el dramático relato romántico.... Llegó la hora de que Marco y Aylén se reencontrasen. Marco Héctor Luis Alonso Sepúlveda Fernándes llamó a la puerta del confe... y se abrió. Al ver que tras la puerta estaba el amor de su vida... emprendió una carrera de tres pasos y la levantó en volandas del sofá en el que ella se hallaba recostada y con cara de circunstancias. La apretó contra su pecho abrazándola fuertemente con una cara que expresaba una alegría infinita, y cayéndosele la baba de verla intentó besarla cinco o seis veces. Ella le hizo cinco o seis cobras, no sé muy bien si por lo humillada que se había sentido todas las semanas atrás, o por lo de la baba, pero... lo hizo. También se quejó varias veces de que él la había dejado casi desnuda al abrazarla "Pará! Me dejaste desnuda!!" decía, pero casi desnuda iba ya de casa. Mona, pero medio desnuda también.
Y se desató el drama... "Pero qué hases?? Por qué no me abrasas?? Qué te ocurre??" preguntaba Marco desesperado. "Nada, nada, no me ocurre nada!" contestaba una cada vez más incómoda Aylén. "No te beso porque no me sale... Ahora mismo no siento nada". "Pero por qué?? Por qué?? Cómo que no sientes nada??". Los planes de flirteo controlado de Marco estaban dando un giro inesperado y veía horrorizado cómo Aylén se distanciaba sin remedio. El intentaba excusarse y hacer razonar a Aylén. Nada más lejos de su intención (la de ella, la de razonar). Aylén se enrocaba en su postura y la sucesión de reproches se hacía cada vez más insoportable. Ambos estaban en un punto de no retorno y tanto era así que Marco ni se dejó medir (supongo que en esos momentos un beso trompeta le hubiera reconfortado, pero Aylén no se había traído la boquilla trompetera... a posta, claro). Las lágrimas asomaban al borde de los ojos de ella, y la rabia y la impotencia a las orejas de él, que intentó darse a la fuga y dejarla con tres pares de narices. El Súper no lo consintió y la conversación tuvo que seguir por los mismos derroteros durante un buen rato más hasta que finalmente Marco Héctor Luis Alonso Sepúlveda Fernándes salió tan corriendo como entró del confe y se dirigió al sofá de la esquina del salón, donde sin poder evitarlo rompió a llorar.
Ella también lloraba en el sofá, pero el del confe. Ambos lloraban. Ambos estaban cariacontesidos y destrosados... Una vez juntos en la casa Aylén reprochaba a Marco que nunca le escribió un blog. Maldito blog del demonio que todo lo lía en este GH!."Los muros saben cómo te llamas!!" le gritaba Marco Romeo (ah no!! que era Marco Héctor Luis... pero vamos...parecido). "No me recuerdas!!" "Sí! Te nombro cada día! cada hora!! Díganselo ustedes!" pedía a sus compañeros.... Y sus compañeros más cariacontesidos si cabe que los propios protagonistas, rogaban el perdón de Aylén para Marco, sobre todo Doña Irma Guerrero de todos los Teatros, experta en declamaciones varias.... Un no parar de sufrir y sufrir. Como lo leen!.
Por su parte, Alyson, tampoco paraba, pero no de sufrir sino de correr, porque viendo que no podía salir por patas, y presa del acojone, se dedicó a hacer kilómetros a galope tendido en la cinta. Creo que quería llegar a Pernambuco. Aída por otro lado metía el dedo el la herida a la mínima ocasión, y lo mismo daba consejos de más mejor amiga a Aylén, que reprochaba a Marco insistentemente (muy insistentemente.... pesadita estaba la mujer) que no hiciera nada por acercarse a hacer las paces. No sabemos muy bien si fue por dejar de oír la martilleante voz de Aída, por no tener que soportar la terapia de pareja de Daniela Laexpertaentodo Lozenlobordo, o porque los recursos dramáticos ya se les habían agotado, pero finalmente Marco Héctor Luís se acercó a Aylén Verónica de Todos los Santos y ... se abrazaron.
Vivieron felices el resto de la noche hablando de realitys extranjeros y fruslerías por el estilo, y es que no hay nada como pasar página cuando el guión no da para más. Ahora yo me pregunto: Por cuánto tiempo más vivirán felices? Una semana, dos, tres..... hasta el final del concurso??. Porque no me quedó claro si Aylén ha venido para quedarse como concursante de pleno derecho o si cuando acabe su papel en la prueba (y en estos momentos de su vida), se irá como un unicornio azúl... perdiéndose por el malecón, gritando a los cuatro vientos "Mirá pa qué vine Marco!!", mientras Marco se hace la señal de la cruz. En cualquier caso, disfrutemos mientras podamos de esta atropellada historia de amor con la que nos regala Gran Hermano...
Amor para todos!
PK-Grosella